miércoles, 9 de diciembre de 2009

09 de diciembre 2009.

(NOTA IMPORTANTE: Este diario comenzó a publicarse a partir del 03 de diciembre de 2009. Para leer la secuencia cronológica del mismo, usted debe buscar las primeras publicaciones de este diario en la parte inferior del blog. Gracias)


Todo tranquilo y agitado. Han sido días de mucho trabajo, reuniones, discusiones contractuales y papeleo. Un montón de papeleo. Al parecer, siempre hace falta un papel para cualquier trámite y siempre debe andar uno corriendo. Pero bueno, en fin, no me quejo: son los últimos trámites para cerrar la negociación y comenzar a trabajar.

Sigo en Caracas y creo que seguiré acá unos días más. Extraño mis caminatas al lado de la playa, pero también disfruto mucho del ambiente navideño de la ciudad. Además, tengo al formidable cerro El Ávila, el cual en esta época del año se viste con una frágil espiga morada, lo que le da a la montaña una coloración purpúrea.

El Ávila es un cerro vivo y tiene su propio carácter. A veces amanece triste, oculto entre nubes bajeras o caprichosos mantos de neblina. Otros día se levanta alegre, con la cara limpia y despejada y nos deja ver sus caminitos, riachuelos y cascadas. En las noches claras de luna llena su silueta se dibuja contra el cielo, como si fuera un vigoroso guardián de nuestras vidas y sueños.

Creo que tengo ganas de un poco más de Ávila.

3 comentarios:

Belkis dijo...

Hola Eduardo, se que lo he hecho mal, he empezado por leer tu última entrada, pero iré a la primera y así podré seguir la secuencia. Gracias por tu visita en mi espacio y por dejar tu huella. Yo seguiré por aquí leyendo lo que quieras contarnos. Se logra mucho a través de esta amistad virtual que se genera. Sabes tenemos en común el mismo mes y año de nacimiento. Ambos somos escorpion. Me quedo a seguirte y asi te leo con mas asiduidad

Eduardo Parra Istúriz dijo...

Ya somos tres de escorpio...

Eduardo Parra Istúriz dijo...

Ah, y el Ávila tiene que tener personalidad propia; estoy convencido de que es un Dios vivo. Sólo le hemos cambiado el nombre, antes le decíamos Guaraira Repano.